La señora Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional, parece haber “descubierto la pólvora” en China. Pero no es la paradoja a que refiero en razón de que son los chinos los descubridores de éste elemento, sino los términos explicativos que dio en Pekin recientemente a la descompresión implosiva caótica originada por el mercado de capitales a nivel mundial.
Lagarde advirtió acerca de una "espiral hacia abajo de incertidumbre, inestabilidad financiera y colapso de la demanda global", y recomendó, como mandamás del FMI, una suerte de concertación de los países del mundo para evitar "una década de bajo crecimiento y alto desempleo" ¡Chocolate señora! Nos vendieron el veneno durante años y recomienda la vacuna que bien se cuidaron de guardar…no sea que se hubieran avivado y se terminara el negocio.
Faltando a la inteligencia de más de 8.000 años de cultura les advirtió a los orientales los peligros existentes en las economías y con todo el tupé del mundo retomó la propuesta impulsada por la presidenta Cristina Fernández en la última reunión del G-20 diciéndoles que: "Es el momento de avanzar en el consumo, incluyendo el aumento de los ingresos de los hogares" – agregando - "Ahora es el momento de avanzar más desde las exportaciones y las inversiones hacia el consumo, incluyendo el aumento de los ingresos de los hogares y ampliando las redes de seguridad social"; y recomendó a los ingenuos chinitos que, "El Asia emergente también es vulnerable a los acontecimientos en el sector financiero. En nuestro mundo, cada vez más interconectado, ningún país puede avanzar solo. Estamos unidos en nuestro éxito o fracaso económico".
A sabiendas que China podría ser la potencia económica mundial dentro de no muchos años por sobre los EEUU, hay una clara estrategia declamativa de “maestra ciruela” para subjetivizar una intención de acercamiento de un fraternal “nosotros lo recomendamos y seamos contemplativos en futuros acuerdos y no nos separemos por favor”. Sabemos también, que estos son quizás un detalle más en el complejo escenario mundial y los desvaríos coyunturales que se van sucediendo.
Los posicionamientos geopolíticos cambian dia a dia; los “halcones de la guerra” persisten para no perder el estadio en el negocio de las armas y fuentes de energías que siga alimentando el lujo desmedido de la concentración favorecida por el capitalismo salvaje e impudoroso. Mientras, la directora gerente del FMI seguirá “bajando línea” a los ya poderosos orientales de ojos oblicuos.
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