…son las palabras exactas que
determinan el conflicto de Malvinas con el Reino Unido (aunque según los
escoceses, no tan “unidos”).
A
180 años de la usurpación de las Islas Malvinas por la corona británica, un
mandatario, en este caso una mandataria y estadista, se sienta a exponer por
primera vez ante el Comité Especial de
Descolonización de las Naciones Unidas; dato no menor y particular a incorporar
dentro del bagaje histórico que sigue acumulando la figura de nuestra presidenta
Cristina Fernández. Este grande y puntual detalle histórico debemos incluirlo
en el contexto del acontecer de los últimos 9 años en nuestro país y la región,
donde la figura protagónica de Néstor Kirchner
selló el nuevo amanecer de los pueblos latinoamericanos; y continúa
profundizándose en la figura de Cristina Fernández de Kirchner.
Por
eso, hay que magnificar en justicia su presencia y acción en tamaño escenario
mundial, el de las Naciones Unidas, que si bien no deja conforme el anhelo de
arbitrio justo en muchos pueblos del mundo … tenemos que decir, como escuchamos
habitualmente: es lo que tenemos. Sí,
estamos hablando de la ONU, hasta no bien se recomponga en algún momento y se
defina como un verdadero ente imparcial y símbolo de verdadera equidad representativa hacia todas
las naciones que la componen, quedará siempre flotando en el colectivo de los
pueblos emergentes las injusticias e hipocresías de los poderosos que la
componen y de lo que de allí se desprende. Ni que hablar del Consejo de Seguridad,
que es el organismo encargado de mantener la paz y seguridad entre las naciones
y actúa en la paradoja de toma de decisiones, con las “resoluciones” que emite
a partir de los votos de potencias que más guerras desparraman por el planeta
en pos de sus intereses. La ONU, una entidad creada por y para los poderosos y
sus intereses; aquellos que ganan guerras y escriben la historia según sus
pareceres.
Pero
bien, vale decir de cualquier manera y por todo ésto, que Cristina Fernández reclamó
en esta oportunidad, una reforma de los organismos multilaterales, para evitar
el doble estándar que tienen países como Gran Bretaña, que con toda
tranquilidad e impunidad pueden incumplir las resoluciones de la ONU por integrar
el Comité de Seguridad.
“No estoy acá por lo que
sucedió hace 30 años, sino, porque dentro de unos meses van a hacer 180 años
que fuimos usurpados.” Disparó Cristina en un momento de su alocución, refiriendo
fundamentos también de argumentos de corte histórico y planteos de innegable
geografía que propicia la territorialidad de soberanía patrimonial de Argentina
con las Malvinas.
La
Presidenta también reveló datos sobre negociaciones diplomáticas secretas
durante el último gobierno del Gral. Perón. “Fue con la más estricta reserva a
través de lo que se denomina un papel secreto, en el cual el embajador inglés,
por indicaciones del Foreing Office, toma contacto para ver si podíamos arribar
a un acuerdo y hacer una propuesta”, con lo que apuntó directo a uno de los
argumentos de los isleños. Sí, Cristina salió al cruce de cada uno de los
argumentos que esgrimieron los representantes kelpers en el salón y rechazó de plano la realización de un
plebiscito entre los isleños, tal como señaló Cameron; y asumiendo un tono de
ironía Cristina preguntó “¿Porqué no
realizan una consulta popular en Irán o Afganistán?
Ante
otra osadía de kelpers, fue el
canciller Timerman quien les rechazó una propuesta a los isleños que pidieron
de conformar una mesa de negociaciones; por lo que les respondió “La Argentina
es un Estado soberano y sólo negocia con otros estados soberanos, como ser,
Gran Bretaña”. La Presidenta de los argentinos por otra parte agradeció la
solidaridad de África, América Latina y el Caribe que impulsaron en aquel día
una nueva resolución por unanimidad en el Comité de Descolonización. El
vicecanciller de Chile, Fernando Schmidt, presentó y leyó la propuesta avalada
por una decena de países de la región y aprobada sin cuestionamientos por el
resto de los miembros.
Por otro lado, el Reino Unido puede realizar el plebiscito que se les ocurra, pero deben saber, que a los efectos de justificación para retener el coloniaje en el territorio de las islas, una consulta popular carece de valor jurídico para la comunidad internacional; por lo que cualquier país se reserva el derecho de reconocer o no la usurpación británica. Por ejemplo, el Uruguay ya lo hizo y no reconocerá como válido lo que determine un plebiscito.
Por otro lado, el Reino Unido puede realizar el plebiscito que se les ocurra, pero deben saber, que a los efectos de justificación para retener el coloniaje en el territorio de las islas, una consulta popular carece de valor jurídico para la comunidad internacional; por lo que cualquier país se reserva el derecho de reconocer o no la usurpación británica. Por ejemplo, el Uruguay ya lo hizo y no reconocerá como válido lo que determine un plebiscito.
También
vimos cómo el gobierno Británico ensayó una suerte de burla, o mojada de oreja, no solo a los
argentinos, sino a la causa de la región latinoamericana, las Malvinas; la
decisión del gobierno británico de enarbolar una bandera de las islas en la
sede de la administración central inglesa al celebrarse los 30 años de la
rendición de las tropas argentinas. Esta acción del gobierno inglés inspiró a
nuestra Presidenta para cuestionar enérgicamente tal decisión burlesca y ante
un nutrido auditorio cantarles las 40;
por lo que lanzó: “Cuando veía hoy en el
10 de Downing Street la bandera que ellos llaman de Falkland sentí vergüenza
ajena, porque las guerras no se festejan ¿Qué pensaría el pueblo alemán o la
señora Angela Merkel si el 8 de mayo, fecha de la rendición incondicional
alemana, ondeara la bandera alemana por debajo de la inglesa?”
(También los españoles tuvieron que “tragarse” la mofa chicanera de la bandera inglesa y la figura de la Reina proyectada sobre la pared del Peñón de Gibraltar el otro día, al celebrarse los 60 años que doña Isabel depositó sus posaderas en el trono Real).
(También los españoles tuvieron que “tragarse” la mofa chicanera de la bandera inglesa y la figura de la Reina proyectada sobre la pared del Peñón de Gibraltar el otro día, al celebrarse los 60 años que doña Isabel depositó sus posaderas en el trono Real).
La
presidenta se despidió con otro reclamo de diálogo: “No estamos pidiendo que nos den la razón, apenas nada más y nada menos
que se sienten en una mesa a dialogar.”
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