En Los últimos días se comenta bastante acerca de confrontación de Moyano con el Gobierno Nacional. Al parecer, el ciudadano común no puede comprender bien las razones más profundas que una reivindicación laboral como la que está en pugna, sea el origen del mismo choque confrontativo y toma lo que medianamente los medios de comunicación informan habitualmente. Sin subestimar la interpretación masiva, a ojos vista lo concreto es que Moyano en los medios de carácter hegemónico era el “cuco malo” de la película hasta no hace mucho tiempo y de buenas a primeras pasa a ser el “rubio de ojos celestes” para los operadores del periodismo cautivo del señor Magnetto & Cia. Esta lectura, aunque cierta, pasa a ser un simplismo dentro de la captación del conflicto por parte del ciudadano común que ya despierta del manipuleo de la información al que por años estuvo sometido, pero no le erradica la duda subsistente.
Dado que en los últimos años la ciudadanía en general viene pasando por un crecimiento de politización, hay algo que no les cierra, en todo caso se pregunta si hay “gato encerrado” en todo esto. Los analistas políticos que debaten con sagacidad meticulosa los vericuetos de este entramado pueden desmenuzar mejor el asunto; y lo que prevalece, es que fuera lo que fuere, lo cierto es que confrontar con el gobierno nacional por parte de Moyano no lo hace creíble a la razón, simplemente por las relaciones de fuerza que se ponen en juego sin horizonte ganador para sectores de poder, en este caso el sindical y no en su conjunto. Esto no quita que subsistan diferencias sin perder el capital logrado con la alianza estratégica que se tiene entre ambas partes. En todo caso, lo peligroso sería par el líder cegetista, que por chocar de forma frontal con el poder central resultare que lo está haciendo con la sociedad que le dio consenso en las urnas a la actual gestión de gobierno; por ende todo esto debe tomarse con pinzas y con cuidado.
La legitimidad social con fuerte capital político que tiene en estos momentos el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, con un caudal de votos de 11 millones de sufragios favorables, o sea el 54%, y que las encuestadoras le están dando ya un 65% si las elecciones fueran hoy, no es plausible de una confrontación por parte del que está a la cabeza de la central obrera, más, si se tiene en cuenta que el gobierno de Cristina está haciendo peronismo en serio desde el comienzo de su gestión; y siempre recordando, que desde los primeros gobiernos del Gral. Perón a la fecha, nunca se han visto tan favorecidos los sectores sociales y trabajadores como con el proyecto nacional y democrático con origen en el 2003 con Néstor Kirchner.
En el análisis, de la concepción de una interpretación subjetiva, podríamos decir que las contradicciones internas de la Central Obrera fueron llevadas al plano filoso de una contradicción principal, o sea, generar y hacer visible la promoción del quiebre de la alianza estratégica sin que esto llegara a concretarse. Pero cuidado, se está jugando con fuego y alguien se va a quemar. No veo a la Central Obrera erigirse en “quinta columna” operativa dentro del proyecto nacional en marcha para resquebrajarlo o debilitarlo en su cauce ¿Cuál sería la ganancia? De aquí surgen los análisis pertinentes de la situación. Si recorremos los detalles, los diferentes ítems y fundamentos de “malestares” cegetistas los hay a montones. Lo que ponemos sobre el tapete es si los medios adoptados dejan peligrosamente de lado el fin preconcebido.
Para el Gobierno Nacional los sindicatos fueron una pieza sin igual para el crecimiento económico del que somos testigos y la paz social lograda. Por la otra parte, los gremios; y esta vez me refiero como ejemplo concreto al de Camioneros, fueron beneficiarios de concesiones gubernamentales en subsidios a obras sociales y transportes de carga que le dieron auge y crecimiento, que los llevó como nunca en la historia a incrementar su poder gremial; convirtiéndose en el más poderoso del país. Pero cuidado, hay una relación dialéctica establecida para que este poder se sostenga, y aunque a algunos les pese está sujeto a la Casa Rosada.
Hay varios gremios en pugna por la construcción del poder gremial y que han aumentado en forma exponencial en el tiempo la cantidad de sus afiliados; tal es el caso de UOM ó UOCRA. El empuje en la industria y la producción por la economía nacional los llevó a enmarcarse como gremios fuertes, sobre todo para la etapa en que entramos. La Central Obrera los contiene a todos. La pregunta del millón es, en el próximo recambio de la autoridad de la Central Obrera ¿Qué gremio la ocupará; de servicio ó producción? Las “rebeldías” confrontativas de Moyano y las internas de los muchachos cegestista… estarán atadas a ésto?
EN POLÍTICA HAY QUE MEDIR LOS TIEMPOS
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