El Cardenal Primado de la Argentina, Mons. Jorge Bergoglio descontaba que la validez de su acercamiento a Roma para un futuro cuasi papal podría ser una realidad anhelada y próxima a realizarse a mediano plazo.
Su carácter sorprendentemente soberbio, con esa seguridad avalada por la trayectoria histórica que portaron los grandes "capos" de la Compañía de Jesús; pareciera haberse desdibujado en los últimos tiempos. Su lengua filosa y agria siempre en apariencia de ternura caritativa y cristiana, pero con mensajes ladinos y atrevidos sin pudor parecieran haberse calmado ultimamente, notorio desde el púlpito del Tedeum capitalino del pasado 25 de mayo. Seguramente furioso, por los "trapitos al sol" expuestos por el documentado "Perro" Verbinsky en ediciones dominicales acerca de sus antecedentes non santos en el quehacer de la última dictadura cívico-militar en Argentina, le tiró el "cartel" por los suelos ante la "lupa" romana sobre sus posibles e impecables pastores. El Cardenal lo sabe. Sabe que Roma se entera de todo, e isso facto. No puede concentrarse en sus plegarias al Eterno porque seguramente se distrae en reflexiones sobre su traspiés en la carrera eclesiástica. También sabe que Roma envía mensajes a interpretarse dentro del escenario de la misma Iglesia para que pueda ser leído por los buenos entendedores; y Bergoglio vaya si lo es. En Luján se dió la prueba de lo que expongo. Antes que el Arzobispo Radizzani diera su mensaje en la basílica, el enviado extraordinario de S.S. le leyó la salutación en términos exquisitos a la ocasión a la Sra. Presidenta Cristina Fernández. No fue el nuncio que cumplía con una salutación diplomática de rigor; fue un enviado especial, directo, DESDE EL PAPA A LA PRESIDENTA, DE RATZINGER A CRISTINA FERNÁNDEZ.
Bergoglio efectuó el Tedeum en la Catedral de la CABA... a Macri ... Biolcatti ... y la runfla conocida por sus reaccionarias ideas, antes que la ceremonia de Luján. Estuvo suave en sus apreciaciones... ¿Sabría de antemano el contenido de la misiva papal que iba a leerse? De seguro que sí; el jesuita no tiene un pelo de boludo. Esperamos todos que sea más prudente en su gestión eclesiástica en el futuro. Tan siquiera por respeto a los millones de almas que desfilaron pacíficamente por las calles de la Ciudad y en el interior del país en la celebración del BICENTENARIO.
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