martes, 25 de diciembre de 2012

CUENTO DE NAVIDAD



HERMOSO CUENTO PARA UNA NAVIDAD PERONISTA CONTADO POR LA COMPAÑERA GLASY.

Me contaron una historia de un pibe, que nació en un rincón peor que un rancho, la madre siempre fue cuestionada, el padre era un laburante desocupado que se hizo cargo. El código de faltas de la época lo perseguía, igual que hoy persiguen a los pibes de los barrios más humildes por su apariencia, "portación de rostro", le llaman. No fue rey, ni filósofo, ni guerrero, se juntaba con las putas, los ladrones y los vagos, los más desclasados, y si lo invitaban a una fiesta al chabón- como le gustaba la joda y no tenía un mango- multiplicaba los peces, el vino y hasta curaba a los ciegos. El tipo era un don nadie pero volvió locos a todos los poderosos, hasta que lo desaparecieron. Pero dejó una enseñanza, que la han querido tapar siempre desde el poder, "El único camino es la justicia social".
Dicen que en el 45, un Coronel de origen oscuro y con sangre aborígen, juntado con una hija bastarda, tomaron esas banderas y las llevaron a la victoria. Y para colmo de males para los poderosos esas enseñanzas se esparcieronn a lo largo de la historia y de Sudamérica, con los 30 mil, con Néstor y Cristina, con Hugo, con Evo, con Lula, con Dilma, con millones que no alcanzaría a nombrar.
Estas son las historias de navidad que me gustan celebrar con mi familia, mis amigos y mis compañeros.

¡FELIZ NAVIDAD COMPAÑEROS!

Ojalá que en esta Navidad haya :
  •  menos Papá Noel y más Reyes Magos
  • menos arbolito y más Pesebre
  • menos música disco y más Villancicos
  • menos cohetes y más Paz en el corazón
  • menos buenos deseos y más compromiso con el otro
  • menos pan dulce y más voluntad de compartir las necesidades  y esperanzas de nuestro prójimo
  • -------------------------

 “Anoche, como todos los años, al promediar la nochebuena, hablé a los descamisados en un mensaje radial. Les dije que para mí la nochebuena les pertenece con derecho de propiedad exclusivo.
La nochebuena es de los pobres, de los humildes, de los descamisados desde que Cristo, despreciado por los ricos que le cerraron todas las puertas, fue a nacer en un establo… y ¿acaso los ángeles no llamaron a los pastores, a los hombres más humildes y pobres de Belén…y únicamente a ellos le comunicaron la buena nueva que venía a alegrar el mundo?
Únicamente a los pastores, a los humildes, a los pobres les fue anunciada la “paz a los hombres de buena voluntad…”

(Eva Perón – Mensaje de Navidad 1950)


lunes, 24 de diciembre de 2012

EL PERIODISMO SAQUEADOR

En relación a la coyuntura y sus hechos notables que son de público conocimiento e implicancias y similitudes en actitudes periodísticas, Florencia Saintout, Decana de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP escribió algunas líneas, a mi entender muy meritorias que vale le pena leerlas y evaluar conceptos y análisis allí vertidos. A continuación la nota publicada en www.agepeba.org con fecha 23 de diciembre:




El periodismo saqueador

Los últimos acontecimientos nombrados por la opinión publicada (y hablo de publicada y no pública, que eso es otra cuestión) como saqueos tendrán que ser investigados y analizados en profundidad como se está haciendo. Pero quiero detenerme en un punto: el periodismo saqueador.

Por Florencia Saintout 

Porque la palabra saquear tiene una constelación de sentidos que me gustaría des-cubrir: saltear, asaltar, robar, depredar, merodear, pillaje.
¿Qué es entonces el periodismo saqueador? Voy a dar algunas pistas.
En primer lugar, hay un periodismo en la Argentina que se ejerce desde grandes medios concentrados y desde las tribunas de las derechas que ha sido  cómplice y actor protagónico durante el Gran Saqueo de la Argentina. El gran saqueo que comenzó con la dictadura y se continuó en la larga década neoliberal de la democracia.
En dictadura fue el periodismo que robó la verdad. Que la ocultó (recomiendo el libro Decíamos ayer, de Eduardo Blaustein y Martín Zubieta, como tantas  y tantas tesis académicas que han dado cuenta del trabajo sucio de la prensa canalla de la dictadura más sangrienta de nuestra historia).  De esa prensa que hablaba de enfrentamientos para enmascarar fusilamientos. Que daba la bienvenida a los asesinos, como hizo por citar sólo un ejemplo Joaquín Morales Solá en Tucumán el martes 8 de junio del 76 en La Gaceta. O como cuando en democracia aplaudió el desguace del estado y finalmente hizo una tapa con la infame frase de La crisis causó dos nuevas muertes. El periodismo saqueador es ese que  no sólo silenció la verdad sino que la tergiversó y armó operaciones para sostener los crímenes.
En segundo lugar, el periodismo saqueador es el que está manchado con la siniestra historia de papel prensa. Todos conocemos la foto. Y todos conocemos las consecuencias: unos se quedaron con el papel; otros sin siquiera la palabra. El que robó la palabra de todos.
En tercer lugar el periodismo saqueador es el que hoy también quiere robarle al pueblo su voluntad expresada en urnas y no reconoce ni al poder ejecutivo, ni al poder judicial, y mucho menos al legislativo. Que de manera descarada opone sus intereses corporativos travestidos de periodismo independiente contra las decisiones de las mayorías, oficialistas y no oficialistas como es el caso de la ley de servicios audiovisuales.
Por último, el periodismo saqueador es el que todos los días hace algún tipo de operación mediática contra la ciudadanía.  Llamo  operación a esta capacidad de construir un relato desde el poder con el fin de llevar las relaciones sociales hacia algún lugar que beneficie sus intereses particulares contra los del conjunto de la sociedad.
Esto es justamente lo que han hecho con respecto a lo que llaman saqueo.
Sin lugar a dudas han editado, hilvanado, una serie de acontecimientos con una línea de relato obscena: “lo que sucede es el espejo de lo que sucedió en el 2001”, y para ello se valieron de la más nefasta estrategia de construcción informativa, aquella que la descontextualiza, deshistoriza y la presenta como “hechos” en sí mismos. Si esto fuera así (si la Argentina de hoy fuera la de 2001) y todo fuera tan lineal seguramente lo segundo que ocurriría sería que una presidenta debería irse en helicóptero. En el fondo lo que más desean.
Tanto lo desean que dicen disparates increíbles.
Por ejemplo ayer sábado, La nación, publicó una nota del opinador (qué casualidad, otra vez!) Joaquin Morales Solá donde dice que la Argentina “sin límites y medidas” es la responsable de lo que sin más llama saqueos. Dice que “vastos sectores han perdido la noción de la ley”  por culpa del kirchnerismo y que así se explica lo de los robos en los supermercados.
¡Eso es saquear la verdad! Porque justamente son ellos, este periodismo mentiroso, los que atentan contra la posibilidad de una ley común permanentemente.
La gran discusión de la Argentina de hoy, impulsada por el kirhnerismo, se juega en la aceptación o no de un país para todos y todas donde nadie tenga coronita -como dicen los chicos- o posiciones aventajadas -como dicen los sociólogos-. Aventajadas y más que aventajadas: posiciones corporativas, monopólicas, mezquinas. Esa es la discusión. Y el diario La nación ha tomado partido claro por la Argentina de los privilegios. Lo han hecho siempre, y lo hace ahora en cada una de las cuestiones en que esto se juega. Hay que ser cara rota para que ejerciendo el periodismo en un grupo como es Clarín (porque Morales Solá trabaja también para Clarín; trabajó para Clarín durante la dictadura)  atreverse a decir que el problema es que el krichnerismo  ha provocado la pérdida de una ley común.
Pero ese es el periodismo saqueador. El que también aprieta a la justicia (ellos sí lo hacen) disfrazándose de libertad de expresión para defender a los genocidas.  El día miércoles 19 se leyó en Tribunal Oral Federal número 1 de La Plata el fallo contra los genocidas del llamado Circuito Camps, que duró 15 meses , con 89 audiencias, y donde testimoniaron 400 personas. El fallo, en donde hubo 23 condenas, fue ejemplar y contundente a favor de la memoria, la verdad y la justicia.
En la lectura del fallo se puso énfasis en la complicidad cívico militar con los delitos de genocidio. Los jueces específicamente ordenaron investigar complicidades de funcionarios judiciales, eclesiásticos (seminario San José de La Plata) y  pidieron que se analice el rol del diario La Nación durante el desarrollo del juicio.
Me parece importante recordar por qué piden que se analice el papel de La Nación: porque el diario publicó una editorial el 10 de diciembre último, titulada “¿Justicia o venganza para Jaime Smart?” con una bajada que decía “Es de esperar que prime la justicia y no el afán revanchista al resolver la situación del ex ministro de gobierno bonaerense”. En su fallo el tribunal pidió remitir copias de esta Editorial a la Comisión Nacional de Independencia Judicial y a la Corte Suprema de Justicia por considerarla amenazante.
Para bien y para orgullo de los argentinos,  de los que están a favor del gobierno y de los que no, luego de que el  juicio se llevó a cabo, Jaime Smart, ministro del gobierno de la dictadura entre los años 1976 y 1979 fue condenado a prisión perpetua por el homicidio calificado de Jorge Rubestein (y para resaltar: Rubestein era el segundo de Graiver, y fue torturado hasta la muerte por papel prensa) y privación ilegítima de la libertad y amenazas de 43 personas, entre las que estaban aquellos ligados a papel prensa. Ese es el civil que defiende el diario La Nación.
Hay que ser cara rota para hablar de saqueo cuando se es responsable del Gran Saqueo de la Argentina y cuando se opera permanentemente a favor de aquellos que quisieran seguir saqueándola, pero no saqueando comida o plasmas, sino justicia, soberanía y dignidad.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

EL PUEBLO INEXORABLE




Hoy por la mañana el diario Página 12 imponía en líneas de Aliverti números por lo menos escandalosos, o quizá aliviadores para quienes temen y rezan a diario por los intereses de las corporaciones: un 22 por ciento arriba en valor accionario para el grupo Clarín en las últimas semanas, que mientas se desgarró tapa tras tapa por la falta de libertad de expresión y la persecución judicial, acomodó las fichas como en el Teg, para cuidar su quintita con la mano de un que otro juez de cabotaje, y por si acaso, valer mucho y bien.

Mientras tanto, Morales Solá baraja sus líneas en términos de “guerra”, “caprichos presidenciales”, y se pregunta: “¿qué necesidad grave e institucional se esconde detrás de los plazos de desinversión de una ley de medios audiovisuales?”, para luego contestarse: “Ninguna”. Es aquí cuando los periodistas ultra defensores de los intereses corporativistas y de las desestabilizaciones mediáticas siempre direccionadas de un grupo empresarial, aprovecha su frialdad intelectual para plantear la encrucijada judicial como capricho, sin ninguna necesidad de urgencia.

Tal vez muchos de estos comunicadores, que han perdido la memoria de sus batallas progre y la han cambiado por suman estrambóticas de dinero, olvidan que detrás de toda Ley bien cumplida hay necesariamente cambios, que podrían resultar paradigmáticos. Ni que hablar de la espera de años de injusticia mediática que llevan miles de trabajadores en la comunicación e incluso el propio pueblo argentino, pero en fin, esas son minutas, para Solá no hay urgencia.
 La Corte Suprema de Justicia demoró para el dia siguiente la desición sobre el per sátum, solicitado por el gobierno, en pos de evitar semanas o meses de demoras en el cumplimiento del artículo 161 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Mañana sabremos como sigue el procedimiento legal.

Pero en el terreno de lo ideológico, lo simbólico y lo social, con o sin Ley, Clarín seguirá siendo Clarín. Incluso seguirá mintiendo cotidianamente y mucha gente seguirá comprando. No hay un solo punto en la Ley que pueda impedir ello. Pero talvez si algún día acataran la norma y terminaran con tanto circo judicial, podríamos develar el misterio, de qué pasaría con una repartija un tanto más equitativa del espectro radial, gráfico y audiovisual. Qué pasaría si otros medios, con otras formas de contar el mundo dieran batalla en términos de consumo y venta. Qué pasaría si Clarín deja de ensañarse contra la ley, y para con las balas al Estado. Qué pasaría si Clarín dejara de concebirse como empresa, y se dedicara a hacer periodismo, bajo el cumplimiento de la Ley.

Hace ya mucho las corporaciones dejaron de balear al oficialismo para proteger sus intereses. Y fue hace mucho, porque llevan demasiado tiempo sorteando la ley, dándole al Estado un pedazo más de descrédito, de vapuleo institucional. Y el Estado no es el gobierno actual. El Estado somos todos. Son los jueces y es el gobierno, y también es la gente.
Ayer no se festejó más que un año nuevo de democracia. No se hizo otra cosa que bailar, festejar y apoyar a una gestión que se ganó millones de adhesiones convencidas de que es éste el camino y no otro propuesto por políticos que en la marea ideológica pisotean hoy su registro moral, en busca de hacer perder crédito al de enfrente.

Pero cuando la disputa se pone brava, los pingos se ven en la cancha y la representatividad escandalosa y alentadora con la que gestiona el gobierno abruma. Miles de almas agrupadas y no agrupadas asintieron con aplausos el apoyo frente a cualquier demora que pueda tener la aplicación de la Ley. El mensaje de la mandataria es claro: con odio no se construye absolutamente nada. Y si algo no asistió a la fiesta de anoche, fue el odio. Una masa insipiente de ciudadanos argentinos se manifiesta inexorable. Clarín podrá frenar la desinversión, pero hace ya mucho tiempo que no ha podido frenar su descrédito intelectual. Ya no voltean a un gobierno con cuatro tapas, y talvez sea eso lo que más los asusta.

de misobrina AYELÉN BERDIÑAS